Los 10 mejores beneficios de la lectura en NIÑOS

En este artículo, te contaré los 10 mejores beneficios de la lectura en los niños

 

Leer durante la niñez o la edad adulta transforma la vida de las personas.

Sin embargo, nuestro mundo moderno y sus tecnologías, han capturado la atención de los más pequeños y desplazado la lectura. Así, cada vez tenemos más niños y jóvenes adictos a videojuegos, y redes sociales, y menos inclinados a leer.

Supongo que te preguntarás si vale la pena invertir tiempo y esfuerzo en tratar de cambiar las inclinaciones digitales de tus hijos, por el habito más saludable de la lectura. Incluso puede que te preguntes, si realmente es una actividad saludable, y que beneficios reales puede conceder a largo plazo.

Déjame que te cuente.

De por sí, la transición de una etapa de no lectura a una de lectura en la vida de un niño constituye una notable revolución mental y tiene profundas consecuencias.

Leer no solo abre una puerta a un mundo más allá del presente inmediato, un mundo de fantasía, aventura, disfrute y conocimiento, sino que además otorga a el niño una nueva posición: aquella de adquirir y desarrollar conocimientos. Sin embargo leer va más allá de esto y es mucho más que la adquisición trivial de una habilidad.

¿Por qué deberían leer los niños?

 

1 Leer aumenta el vocabulario.

 

La lectura tiene efectos específicos y directos sobre el crecimiento del vocabulario.  Existen pruebas de que los hábitos de lectura contribuyen a este incremento por encima de la capacidad cognitiva general, y el nivel socioeconómico.

Los niños pre-alfabetos aprenden palabras principalmente a partir de interacciones sociales orales. Estas  con el tiempo, se vuelven obsoletos para ayudar al desarrollo del vocabulario,  porque las conversaciones cotidianas rara vez contienen palabras más allá de la jerga común. La experiencia de lectura en cambio aporta  nuevas palabras al  lenguaje desde incluso edades tempranas. Así por ejemplo, la frecuencia de lectura de los padres a sus hijos de apenas  24 meses, predijo la comprensión de oraciones sintácticamente complejas en estos niños a los 30 meses según los resultados de un estudio realizado.

Un mejor vocabulario por su parte, mejora las capacidades predictivas del lenguaje, y del entorno. Al proporcionar la lectura contexto,  como oraciones o párrafos, o el contexto más amplio de una historia, el niño puede, después de varios encuentros con una palabra, ser capaz de revelar su potencial de significado.

Los estudios demuestran que niños lectores menos hábiles,  son menos capaces de utilizar el contexto para derivar el significado de las palabras. Hay diferencias dramáticas en la cantidad de palabras leídas por año, con los niños lectores más ávidos (rango del percentil 98),  y los niños que raramente leen (rango del percentil 10). Los primeros  encuentran más de cuatro millones de palabras al año,  mientras que los segundos  encuentran solo alrededor de 50 000.

 

2 La lectura mejora la comprensión, del lenguaje.

 

Los niños que leen o a los que se les lee a diario van adquiriendo gradualmente un esquema de estructuras recurrentes de historias. Dichas gramáticas de historias los preparan para una mejor comprensión de las nuevas historias, ya que tienen expectativas adecuadas de los próximos eventos. Además, pueden ver las relaciones entre los episodios disminuyendo el peligro de confusión y falta de coherencia.

 

3 Leer mejora la capacidad de expresión del lenguaje hablado, y escrito

 

El desarrollo de vocabulario lleva a la precisión léxica,  que va más allá de  hablar con fluidez. El niño será capaz de escoger las mejores palabras que se adapten al contexto. También tendrá una  mejor pronunciación, y elaborará  oraciones gramaticalmente complejas. La lectura  benefician al lenguaje hablado porque la mayoría de las dependencias predictivas (por ejemplo, asociativas) y las representaciones lingüísticas (por ejemplo, semánticas) se comparten entre el lenguaje escrito y hablado.

 

4 La lectura mejora atención y concentración.

 

Leer es un ejercicio de atención, e involucrarse en la historia y sus personajes, entrena la concentración. Ambos atención y concentración, a su vez mejoran las habilidades lectoras, y facilitan el aprendizaje. Además,  una vez desarrollados son extrapolables a otras actividades.

 

5 Leer mejora el reconocimiento del entorno.

 

Los niños que son buenos lectores predicen mejor la referencia del habla en su entorno visual en comparación con los lectores menos competentes.  Mientras más palabras lee y conoce, mayor es el porcentaje miradas anticipatorias. Esto fue demostrado  en un estudio que usó puntajes de lectura de palabras,  como predictor de reconocimiento del entorno. Así por ejemplo,  cuando se explica a un grupo sobre alguna actividad que requiera buscar, encontrar, o referenciar, objetos en el entorno, los lectores se anticipan mucho antes de que las instrucciones hayan sido completadas, lo que no ocurre con los niños no lectores.

Los niños que más leen, tienen una mayor capacidad de discriminación de imágenes en espejo, como ocurre por ejemplo con las letras “d”y “b” “p” “q”.

 

6 La lectura mejora el comportamiento.

 

Algunos estudios han demostrado que las  interacciones entre padres e hijos en la lectura, así como el juego compartido, no solo mejoran los resultados del comportamiento sino que  previenen los problemas de conducta en los niños.

 

7  Leer promueve el desarrollo  cerebral, y aumenta habilidades cognitivas complejas.

 

Se sabe que aprender a leer da como resultado una reorganización de la corteza cerebral en desarrollo. La lectura moldea los procesos de pensamiento. Crea conexiones neuronales complejas, que mejora las interacciones entre las diferentes áreas cerebrales incluidas visual, auditiva, lenguaje hablado, representaciones gráficas, y fonéticas.

Esto tiene lugar incluso en niños pequeños cuyas padres leen para ellos.  La Academia Estadounidense de Pediatría y otras organizaciones recomiendan  cada vez más programas que aumentan la orientación a la alfabetización en el hogar y la lectura entre padres e hijos, como una forma de apoyar el desarrollo temprano del cerebro de los niños. También se ha demostrado que el inicio precoz de la lectura predice mejor las habilidades lectoras y el éxito académico.

 

La evidencia apunta a que cuanto más fuertes son las habilidades iniciales de lectura de una persona, más inteligente es.

Un estudio de 2014 publicado en la revista Child Development determinó que los niños con mejores habilidades de lectura a la edad de 7 años obtuvieron calificaciones más altas en los tests de Coeficiente Intelectual que aquellos con habilidades de lectura más débiles.

La lectura mejora las respuestas cerebrales de al menos tres formas distintas. Primero, estimula la organización de la corteza visual, y aumenta las respuestas visuales tempranas. En segundo lugar, la lectura permite que prácticamente toda la red de lenguaje hablado del hemisferio izquierdo se active mediante oraciones escritas. Es decir, la lectura, una invención cultural tardía, se acerca a la eficiencia del canal de comunicación más evolucionado de la especie humana, a saber, el habla.

En tercer lugar, la lectura refina el procesamiento del lenguaje hablado mejorando una región fonológica, y haciendo que un código ortográfico esté disponible.

La lectura promueve la maduración de las redes neuronales que apoyan funciones  ejecutivas. Estas funciones  a su vez soportan la planificación, organización, control de impulsos y aprendizaje, habilidades  críticas para la gestión de atención, emoción y comportamiento necesarios para alcanzar las metas. En resumen, mejora los procesos cognitivos, inteligencia, memoria, capacidad de calculo, y razonamiento lógico.

 

8 La lectura promueve empatía, y otras habilidades sociales.

 

Cuentos y fábulas, primero orales, y luego escritas, se han utilizado desde siempre para para exponer situaciones, y transmitir enseñanzas a los pequeños. Las historias  permiten observar determinados comportamientos en situaciones específicas, con las que pueden posteriormente identificarse y actuar o no en situaciones similares en la vida real.  Y es que una historia, es una simulación de experiencias cotidianas y sociales, que pueden ser útiles  para practicar y potenciar habilidades interpersonales. Los niños son susceptibles a identificarse y a empatizar con los personajes de las historias y sus vivencias. Además, la lectura ofrece una oportunidad para promover sensibilidad cultural. Exponer a los niños a  otras culturas, amplia su comprensión de las mismas, les ayuda a entender y aceptar diferencias, y a empatizar con ellas.

 

 

9 La lectura amplia información y conocimiento propio y del mundo.

 

Los libros son fuentes ilimitadas de descubrimiento, e información. Amplían la visión de los más pequeños más allá de su entorno limitado, y ayudan a identificar sus propias preferencias.

Al leer, el lenguaje, utilizado anteriormente como instrumento de comunicación, se convierte en objeto de reflexión consciente. Esta nueva conciencia despierta la capacidad cognitiva más general de reflexionar sobre si mismo y sus propios pensamientos.

 

10 Leer estimula la imaginación y la creatividad.

 

Las habilidades lectoras  no solo mejoran los procesos cognitivos, como inteligencia, memoria, capacidad de calculo, y razonamiento lógico. Los libros son una puerta a la imaginación.  Permiten viajar,  recrear escenas, ambientes, imaginar personajes, e incluso desarrollar historias propias, así como transformar las leídas. Los niños lectores tienen mayor capacidad discursiva e imaginativa a la hora de elaborar ensayos. También tiene mayor capacidad de abstracción, y son más propensos a las actividades artísticas.

 

Pareciera lógico e imperativo, con todo lo anteriormente establecido, la importancia de crear buenos hábitos de lectura en los niños. ¿Pero cómo hacer que mis pequeños sean buenos lectores con tantas otras actividades competiendo? Ahora más nunca, se hace necesario desarrollar estrategias, que permitan el hábito sustentable a largo plazo de leer, y reconocer en los libros a los mejores amigos.

 

“Estirar la mente joven es importante y, una vez estirada, nunca se retrae a su tamaño original. La lectura profunda es indistinguible del pensamiento profundo. La lectura abastece la mente con material para el pensamiento: nos convertimos en lo que leemos”

 

Fomentemos la lectura.

 

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